jueves, 8 de septiembre de 2011


Ha sufrido un corto intento de llorar... Casi se le sale la lágrima leyendo una entrada anterior, pero, ahora ve, puede ser más fuerte que esa nostalgia dolorosa que produce un recuerdo.

Últimamente come menos, a veces come más, a veces se desespera y habla duro o escribe gritos en hojas blancas. A veces se echa el queso derretido encima y otras veces llega muy temprano a clase, pero lo mejor es que ahora sufre menos, ya no se preocupa, solo sufre porque sube de peso.

Ella mueve los dedos con más calma, ya no revisa cada uno de sus movimientos, se ha vuelto a sentir sexy, se ha vuelto a querer un poco, ya no se humilla ante él, ya no le grita groserías a nadie, ya no llora a diario... Ya no está con él, ya no piensa en él, ya no tiene heridas que tocar, solo heridas que olvidar.

Ahora tiene amigos íntimos, disfruta de los momentos, sale más seguido, habla con más gente, se demora más en la universidad... Ahora está a punto de volver a ser la de antes.

No hay comentarios: