jueves, 25 de noviembre de 2010

Gorda.


Ella conversaba con todos y sonreía, movía el dedo índice recostado en su codo opuesto, se distraía y dejaba de sonreír... Decía que sí, movía la cabeza de arriba a abajo de manera muy suave... Se quitaba la chaqueta mientras pronunciaba
el típico "No es cierto, no digas esas cosas"... La sombrilla de él era movida por el viento. La lluvia seguía en el mismo sitio. Se le movía el estómago. Sus dedos olían feo. Se comía un caramelo relleno de coco. Mordía el coco y luego lo olvidaba; quedaban trozos en sus dientes. Las vacaciones la afectaban, comenzaba a engordar, a sentirse gorda. No quería ir al psiquiatra y entonces ahora hacía todo lo posible por no llegar a tiempo, por no llegar. Se sentiría irresponsable y luego iría a su casa a tomar dos, tres pastillas más.