jueves, 25 de noviembre de 2010

Gorda.


Ella conversaba con todos y sonreía, movía el dedo índice recostado en su codo opuesto, se distraía y dejaba de sonreír... Decía que sí, movía la cabeza de arriba a abajo de manera muy suave... Se quitaba la chaqueta mientras pronunciaba
el típico "No es cierto, no digas esas cosas"... La sombrilla de él era movida por el viento. La lluvia seguía en el mismo sitio. Se le movía el estómago. Sus dedos olían feo. Se comía un caramelo relleno de coco. Mordía el coco y luego lo olvidaba; quedaban trozos en sus dientes. Las vacaciones la afectaban, comenzaba a engordar, a sentirse gorda. No quería ir al psiquiatra y entonces ahora hacía todo lo posible por no llegar a tiempo, por no llegar. Se sentiría irresponsable y luego iría a su casa a tomar dos, tres pastillas más.


viernes, 30 de julio de 2010

Me duele la cabeza... Mírame bien, te necesito igual en algo tan pequeño como ver el día pasar... Julieta Venegas me canta mientras espero a Leidy Díaz que viene en el Museo del Oro.

Te vas, en algún momento muy cercano te vas, mañana? pasado mañana? la otra semana? Mejor que no me lo digas, de pronto puedo tolerar la idea de que te fuiste ya, y listo, te llamo, me llamas, nos saludamos y colgamos. Así es la vida, 3 años luchando por ti, casi 4!! y de repente te vas, con una partida muy anteriormente anunciada... Te extrañaré, eso es todo lo que puedo decir. Me quedaron muchas veces para invitarte a almorzar, y nunca fuimos a comer leche asada, y no vimos ninguna película romántica, ni nos fuimos de viaje terriblemente lejos, ni tuvimos más gatos, ni te volví a ver ebrio... Esta historia se acabó al parecer, o entró en stand by... Posiblemente no vuelva a sufrir por ti un largo tiempo, o tal vez nunca más... Como tu dijiste 3 veces ayer: Así es la vida.

No me diste tiempo para adelgazar más, ni para crecer un poco más, ni para nadar mejor, no me diste para ser mucho más inteligente... Se acabó el tiempo y no me alcanzó para hacerte ver que conmigo sí se podía, que era solo un pequeño conflicto el que habíamos tenido, que las cosas se podían arreglar y todo iba a ser mejor... No me dio tiempo el tiempo para convencerte de casarte conmigo algún día, ni de pedirme que te esperara...

Así es la vida, y mientras tu coges la derecha, yo voy a la izquierda en este camino de la vida, donde no te esperaré y tal vez no me case contigo, pero si es cierto que la vida da vueltas nos volveremos a encontrar y no solo para seguir siendo amigos sino para volver a construir nuestra historia.

Te extrañaré... y tu a mi cada vez que veas tu maleta y una que otra estrella de mar....

lunes, 18 de enero de 2010

Dos años después


Después de todo las cosas siguen igual.


Hoy vuelvo a escribir por la misma razón, porque la duda no me deja ver, y es aquí y ahora cuando se me ocurre que escribir es la única manera de ensordecer al público mientras yo lloro y me reviento entre las lágrimas.


He pensado muy detenidamente que tal vez tu y yo deberíamos compartir solo una vez al mes. Y esa vez entonces nos reuniríamos a tomar chocolate con queso en algún café de esos a los que nunca quisiste ir. Y así, yo me sentaría a esperarte cada día específico de cada mes a pensar solo en ti, a pensar por qué no has llegado, por qué no has llamado, por qué otra vez, como cada mes, no vas a llegar. Y entonces, mi cabeza estaría dispuesta a pensarte solo una vez al mes y no nos haríamos tanto daño.


Hasta hoy pensaba que era única en tu vida, que ya habiamos superado los momentos de inseguridad que solían invadirme para empezar a confiar en ti con los ojos totalmente cerrados mientras tu me decias que me necesitabas y que lo mejor era no abandonarnos. Antes de esto yo buscaba salidas, buscaba otras personas, hasta encontré a alguien que pudo haber sido diferente, pero lo obligué a que fuera igual qa ti y nada se pudo hacer. Antes quería otra manera, queria definitivamente hacerte a un lado y no sabes todo lo que logré para que tu volvieras y me dijeras que estaba equivocada y vovler a creerte y devolverme al principio!!!


Me estoy cansando de ser tu trencito, que me devuelvas al principio de la ruta cuando se te da la gana y que me acerques y me abraces solamente cuando no estoy averiada.


Yo no sé cómo tienes tanta fuerza para hacerme sentir vulgar e inútil, para hacerme sentir que no es tan importante lo que he dado por ti, lo que te ofrezco a diario, lo que te digo... A veces creo que el hecho de que te pase los dedos por cada una de las arrugas de tu cara no es suficiente para mostrarte que de verdad te estoy dando mi vida!!


La próxima vez el que tiene que pensar las cosas eres tú, porque desde hace más de dos años me estas perdiendo y el errore era confiar en ti, pero ahora la cosa está más grave, porque ya hasta la confianza se esta desvaneciendo.


Lo que tienes que hacer esa próxima vez, es llamarme a mi primero, y no a ella...